España sigue en la transición
Mientras muchos políticos españoles estafan descaradamente sin que nadie los juzgue (ver por ejemplo Esa gentuza, de Pérez-Reverte), un juez que persigue una causa justa y democrática será juzgado. Que el juez Garzón esté imputado en un delito y que pueda ser suspendido cautelarmente de su actividad como juez, y que Camps, Fabra, Bárcenas y otros por el estilo sigan en sus puestos es señal de que la transición española aún no ha terminado.
Amnistía Internacional considera insólito que un magistrado pueda ser juzgado por buscar la verdad, la justicia y la reparación para más de 100.000 personas desaparecidas durante la Guerra Civil española y la posterior dictadura franquista.
La Ley de Amnistía de 1977 ha sido invocada para perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y sus familias. Si este juicio se produce será el primer caso del que tenemos noticia, en todo el mundo, en que un juez es llevado al banquillo por intenta conseguir verdad, justicia y reparación para estas víctimas. Es un mensaje tremendo para otros jueces que lo intenten, en España y en el resto del mundo.
Las leyes de Amnistía en un país no pueden entrar en contradicción con las normas internacionales de derechos humanos, y éstas dicen claramente que el crimen de desaparición forzada no es amnistiable, es imprescriptible, y que entorpecer su investigación es un delito.
Más información:
¿Dónde están los derechos de miles de víctimas de desaparición forzada? AI-noticias 8/4/2010
Camino del banquillo: La causa a Garzón por el franquismo reviste una simbología insultante para la democracia. El País, 8/4/2010